Irreemplazable
Dicen que hay personas que pasan por la vida
dejando una huella indeleble, imposible olvidar. Aquellos que nacen para, desde sus propias
expresiones, cambiarle la vida a la gente, inspirar a millones en todo el mundo
y hacer más felices a los demás. Hubo un
diseñador que logró todo eso con su amor por la belleza, por las mujeres, por
la vida y, siempre, por sus raíces: Óscar
de la Renta.
Aún ayer, decenas de personas iban a dejar
flores a una de las boutiques de este grande.
Tiendas que cerraron sus puertas e hicieron su propia reserva silenciosa
ante la partida de uno de los artistas más importantes, e influyentes, en la
historia de la moda. Personas que no lo
conocieron, que tal vez nunca pudieron comprar una de sus prendas, pero para
quienes él era una inspiración. Muchos
de ellos latinos que agradecían que existiera un dominicano que haya llegado
tan lejos, “tan alto” como decían, alguien que les producía la sensación de que
es posible alcanzar grandes metas enmarcando la vida de la manera más hermosa y
fructífera posible.
Él era el ser humano hecho elegancia, aquél al
que realmente podemos etiquetar como el perfecto gentleman, de los pies a la cabeza.
Y tal vez por eso los resultados de sus obras eran indescriptiblemente
hermosos. Logró adueñarse del concepto
del lady style, de los detalles, de la sofisticación elevada a su máxima
potencia y de la femineidad emanando a raudales.
No siempre resulta sencillo alcanzar todo eso. Lo
sencillo es admirar cómo alguien que ya era una leyenda viviente, jamás perdería
de vista el radar de la humildad necesaria para ser una inspiración, ni la
pauta de lo actual. Un creador que se inició pintando, haciendo bocetos para diversos
diarios, que luego sería discípulo de
Balenciaga, trabajaría para Lanvin en París y finalmente se establecería en
Nueva York.
Es difícil decidir qué sorprende más en De la
Renta, si su gusto exquisito, sus vestidos
de ensueño, su profundo amor por la vida, su gran orgullo hacia sus raíces
latinoamericanas, el intimidante imperio construido que es una oda a la mujer…
Alguien a quien oír era un profundo placer. Alguien que adoraba a la mujer y por eso era
capaz de pensar en ella al momento de diseñar: en sus necesidades, sus búsquedas,
sus preocupaciones. Alguien que sabía
que las mujeres necesitamos, más de una vez, que el espejo nos haga sonreír de
alegría ante la satisfacción absoluta de lo que vemos, porque a veces eso nos
da fuerza, nos engríe, nos revela más de nosotras mismas y simplemente ¡nos
encanta!
Un hombre cuyo amor por el género femenino nacía
del respeto que sentía por todas. “El
avance de la mujer en los últimos 30 ó 40 años es extraordinario…Cuando empecé
a trabajar en los Estados Unidos, la mujer que compraba mi ropa, que es bastante cara, tenía que pedirle permiso al
marido. Hoy en día tiene el poder adquisitivo para poder comprarlo ELLA. Yo siempre digo que este es el siglo de la
mujer.”
Se dice que la gente exitosa nunca termina de
aprender y está en constante búsqueda de nuevos retos. A los 80 años este diseñador valoraba los
años vividos y la experiencia ganada “Soy muchísimo mejor diseñador hoy que
hace cuarenta años”.
De Jackie Kennedy a Sarah Jessica Parker,
cientos fueron los vestidos fabulosos que este mago de la moda le regaló al
mundo, para alegrarlo y embellecerlo a más no poder.
Así, una de sus mejores cualidades era que hacía
ropa real, para la mujer real. Fuera de los costos por uno de sus trajes, sus
pasarelas eran “de verdad”. Más allá del espectáculo o el gran show. Ya sean sus vestidos de gala o su prendas “ready
to wear”, la maravilla de su rastro era que cada pieza estaba pensada para una fémina
con necesidades por cubrir durante 24 horas, 7 días a la semana.
El diseñador que pensaba que nos vestimos para
proyectar quiénes somos como personas. El
eterno caballero de saco y corbata, el amante del color, el artesano de la femineidad
a cada momento. El diseñador que pintó
durante cincuenta años, con grandes dosis de sabor latino, miles de obras de
arte hechas prendas de vestir.
Encontré una de sus últimas entrevistas, muy
buena por cierto, y ante cada pregunta las respuestas son simplemente
encantadoras. Una más inspiradora que la otra.
Varios pasajes de esta conversación me parecieron súper interesantes
pero hubo un par de manifestaciones que me fascinaron. Tan reales, como necesarias para cualquiera.
A veces nos complicamos muchísimo buscando
respuestas en todos lados cuando las únicas responsables de definir un estilo
propio somos nosotras. Con nuestra talla, nuestro peso, nuestro color de
cabello, de piel y todas esas características personales que estoy segura
siempre son geniales. Adela Micha le
pregunta ¿Quién dicta la moda? Y con un monosílabo el diseñador lo dice todo: “TÚ”.
Ya en otro momento diría: “Lo importante para mí
es el PRESENTE y el futuro INMEDIATO”.
Tal vez por eso, por todo eso, era tan bello. E
inigualable.
Y es que para ser sabio parece que solo basta
con la vida y no rebuscar de forma innecesaria.
El mundo extrañará la sonrisa de uno de los
latinos más adorables desde siempre.
Hasta luego…Óscar de la Renta.
Lucy.
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