Al
ataque Lima Fashion
Se acaba el mes en que Lima celebró y vibró con
dos de las fechas más importantes para la moda en nuestro país: Lif
Week y Perú Moda. Dos fiestas que exponen el trabajo de
múltiples diseñadores, marcas y grandes equipos detrás de bambalinas.
Pero…¿el crecimiento es real? O es que sólo maquilamos el rostro para “salir”,
mostrarnos y luego…los trapos sucios se
lavan en casa…O ni se lavan.
Celebrar el trabajo de nuestros creadores es más
que genial. Contarles a todos lo último
que nació gracias a ese talento nos llena de orgullo y deseo de ver más. Pero, aunque muchos se merecen todos los
aplausos, no podemos cerrar los ojos y hacer caso omiso a lo que está ocurriendo
con alguna organización y un anhelo de “imitación”, por parte de algunos
diseñadores, que al final queda al descubierto aplastando la credibilidad,
aburriendo, dejando dudas y finalmente la frase “no vuelvo más”.
Muchos quedamos felices luego de esta última
edición de Perú Moda. Por el orden de la feria, la puntualidad de
los desfiles, el profesionalismo al respetar a la prensa nacional o extranjera,
y al resto de invitados, la eficiencia
de los organizadores para resolver problemas, la cordialidad de los colaboradores
dentro de la sala de las pasarelas, de
los miembros de seguridad y en general de la mayoría de los participantes.
Fue muy bueno y satisfacotrio ver el despliegue
de tanto talento peruano identificado con las raíces del país, orgullosos de
nuestros insumos, de nuestra cultura
ancestral y de nuestra gente. En algún
blog leí “nuestra moda no es folclor” Pero lo cierto es que el floclor es parte
de nuestra cultura y de la sangre que corre por las venas de cualquier artista
peruano, en este caso de los diseñadores.
No hace falta que una mujer vaya en polleras,
con un chullo, escarpines de llamas o un sombrero de la Sierra para que nos
identifiquen. Nosotros somos nuestra Sierra linda con todas sus características
maravillosas pero también somos Selva y Costa. Somos nuestro pasado histórico y
también nuestro presente que emerge con gran potencia.
Lo cierto es que la moda se trata de tomar ideas
de esas fuentes para luego actualizarlas, estilizarlas y colocarlas en una
plataforma contemporánea. Adaptar, y
adoptar, nuestras formas raíces a un sistema mucho más cosmopolita, vendible y que constituya parte del
circuito de la moda como industria. Para
eso, necesitamos llenarnos de orgullo por lo nuestro, inspirarnos en ello y
gozar con lo que nos pertenece desde que nacemos. Nuestros colores, nuestro cielo, nuestra
tierra, nuestras texturas, música, dialectos…nuestra historia. De ahí saldrán diseños maravillosos que se
entrelazarán con la mirada de un mundo, como diría el escritor “ANCHO Y AJENO”.
En este negocio, porque no podemos olvidar que
esta también es una empresa, observar es
el punto clave para inspirarse, viajar, conocer, admirar, aprender del mundo,
de los demás continentes sabios…QUE NO ES LO MISMO QUE COPIAR. Reinventar no quiere decir PLAGIAR ¿O sí?
Este derrame de orgullo lo vi a raudales durante
Perú Moda. Entre todos lograron capturar
la esencia de un evento exitoso: que todos se sientas cómodos, que DISFRUTEN
realmente de estar ahí, que se nutran de información, se emocionen hasta la
punta de los dedos y que luego le cuenten a otros lo que vieron, pero con
gusto.
Sólo un incidente me dio mucha pena, alguien que
perdió una cámara o mejor dicho a quien
se la robaron. Sin embargo, la seguridad
inmediatamente cerró las puertas del
lugar y el dueño, un chico súper joven, mientras le pedía disculpas a uno por
uno, revisaba las cámaras de los que ya se iban. Un caso similar vi en el Lifweek del 2013
pero la reacción fue otra: NADIE VIO NADA, NADIE OYÓ NADA, y claro, NADIE HIZO
NADA. La respuesta de la seguridad Lif
Week fue “YO NO SÉ, NO ME ENCARGO DE ESO”…¡Y
punto!!!
Una cachetada subjetiva para el asistente. O
mejor dicho una patada.
Organizar eventos de esta envergadura debería
tomarse con más responsabilidad, respeto por todos y objetivo aparente que
quedar bien con unos cuantos. No hay que
olvidar que los ojos del mundo están puestos sobre nosotros dado que somos uno
de los países que más avanza en la industria, que hay grandes expectativas
sobre nuestro trabajo a todo nivel y claro, sobre nuestra forma de comunicarnos. Eso, implica
respeto absoluto para el extranjero y para el peruano.
Me apenó mucho ver casi todas las salas de las
pasarelas del Lifweek con asientos vacíos.
Lleno total en el desfile de Sitka Semsch, Jorge Luis Salinas y alguno
más, pero como nunca antes, VARIOS vacíos.
Sin rampa para minusválidos ni lugares preferenciales para algunas
personas que lo necesiten. Por eso fue
casi indignante ver a una anciana, encorvada y con un bastón, ubicada en la
quinta fila Verla subir la escalera (en
10 minutos) y luego bajar para encontrármela en el baño, y luego verla subir
nuevamente (asumiendo que para irse tuvo que bajar ya no sé ni cómo) Y qué me responderán algunos “¡Entonces para
qué va!” Pues porque tiene derecho a hacerlo,
a disfrutar y a ser feliz con algo que seguramente le gusta. ¿Dónde está la organización para que no se le
pase este tipo de incidentes? VISIBLE
ERA, CRÉANME. Porque al mismo tiempo el director general indicaba “a dedo” que invitados
de otras filas se pasen a la primera .
Hubo algunos chicos más amables este año en el
Lif Week, mencionaría algunos nombres, porque pregunté, pero creo que no es
necesario. Si leen esto, ellos saben
quiénes son y creo que han sido lo mejor de esta edición. Porque en las anteriores, las majaderías llegaron
hasta estos “colaboradores” que colocaban
a “los amigos” incluso con la pasarela ya iniciada, discutían con los invitados
y otras conductas que se podrán imaginar.
Y repito ¿dónde está la organización???
Recuerdo que en el 2013-2 me senté junto a la
funcionaria de una embajada, invitada del señor Salas, que muy honesta me dijo “Lo
que pasa es que no hay nadie que se atreva a decirle a Efraín las
verdades. Esto no anda del todo bien
pero le tienen miedo y nadie le sugiere
ni lo corrige y él sigue haciendo las cosas igual todos los años”.
En el 2012-2, sentada en el front row (primera
fila) conversaba con una de las amigas íntimas de la diseñadora a la que le
tocaba salir, muy linda ella, que aburrida a más no poder, porque había pasado
CASI HORA Y MEDIA y el desfile no comenzaba, me dijo “vengo por ella, porque
esto es un desastre y no sabes lo que fue la primera edición, fatal.”
Y recordando la reproducción Lif Week 2013-1
bastaría con leer los posts de varias bloggers, oficiales y las que no
también, contando sus experiencias en
medio de una de las ediciones más conflictivas y caóticas de la Semana de la
Moda de Lima. La gente se peleaba, el
organizador gritaba, un diseñador
entraba a la pasarela de Agatha Ruiz de la Prada cuando ya habían pasado casi 5 minutos de iniciada la
pasarela, prepotencias por acá, peleas por una silla por allá, duplicado de
registros, ubicaciones “a dedo”, la sala
repleta con gente “standing” casi encima tuyo…cual combi de Lima en hora punta…Nada
fino señor Salas…NADA FINO.
Me pregunto…Digo ¿no? Porque si los auspiciadores del Lif Week aumentan
año tras año…el desorden no disminuye y la experiencia no resulta más
gratificante en lo absoluto. Porque, como comprenderán esto le resta brillo a
los desfiles,, que al final son el
motivo principal por el que uno va.
¿Por qué HAY UN SOLO BAÑO en todo el evento (para hombres y mujeres)???????
Si saben la afluencia de público que habrá.
Por qué siguen siendo TAN impuntuales.
Por qué tan prepotentes. Por qué
seguimos viendo al jefe organizador ubicar “a dedo” a la gente en primera fila
y ser más amable con los “conocidos” que con el resto de seres vivos presentes
en el lugar.
La elegancia no se lleva vistiendo de maniquís a
los chicos de seguridad, ni con una corbata colorida. La delicadeza y la educación no te la da
tener invitados geniales ni tener 100 auspiciadores, sino ser considerado y
cordial con #todos, porque al
final son los asistentes los que permiten que este evento se lleve a cabo. O ¿qué sería de una semana de la moda sin un
solo ser vivo además del organizador, su seguridad y su prensa acreditada? NADA.
A eso le sumamos el hecho de que, con alegría.
los peruanos sabemos cada vez un poco más sobre moda, nos educamos al respecto,
investigamos y conocemos nombres, firmas, fechas, etc. Por lo tanto, cada vez que alguien detecta “algo”
lo hace público. Eso ocurrió esta vez con
un diseñador al que le descubrieron la pasarela prácticamente clonada de Elie Saab. Desfiles con ropa bonita sí, pero que
resultan lo mismo de siempre, diseñadores que no se reinventan a sí mismos o
que “se inspiran” en los desfiles de grande creadores extranjeros…Lo que en
periodismo se conoce como REFRITO.
Felizmente tenemos mucho talento, por eso
extrañamos tanto a Jessica Butrich, disfrutamos con la innovación de Sitka Semsch,
nos emocionamos con la osadía y orgullo de Jorge Luis Salinas, disfrutamos con los colores e historias de
Roger Loayza. Pero más allá qué
hay. ¿ La mitad de las pasarelas del Lif
Week seguirán siendo lo mismo edición tras edición?
Hay que recordar que Roberto Cavalli sólo hay
UNO, Elie Saab sólo uno, Valentino, Oscar de la Renta, Carolina Herrera, Dolce&Gabanna…………..…UNO,
UNO Y UNO. Y que no necesitamos copiarlos porque a la larga hacerlo redunda en
una imitación mal hecha, una versión barata del original. Y nadie quiere eso ¿O sí?
Por otro lado Perú Moda trajo a una siempre
precisa Sumy Kujón, un desfile emocionante de José Miguel Valdivia que más que
nunca mostró una pasarela estilizada y se superó a sí mismo, Meche Correa y su historia hermosa, Carlos Vigil y el colorido interminable,
Rosario de Armenteras siempre tan sofisticada, entre muchos más. Todos ellos tuvieron algo en común, sus ambientes gritaban Perú por los poros y
eso nos inundó a todos. ¡Qué genial!
Seguramente habrá puntos por mejorar, pero al
menos se parte de la originalidad y creatividad REAL. Ese ya es un gran paso
hacia adelante. Además de reconocernos
como lo que somos: íconos hispanos a
nivel textil…desde hace siglos. Mejorar
acabaos es necesario, seguir actualizando la mirada también. Pero no basta con tener buenas costuras para
llamarse BUENO en esto. No se le puede quitar el mérito a nadie, pero por más
que bordes un mes seguido en un solo vestido, qué tan interesante resulta si lo
que haces es sólo la réplica de un original ya visto antes.
En Perú Moda no vi un intento de copia de alguna
Semana de la Moda de París, Londres, Milán o Nueva York. Al contrario, vi a una hermosa Semana de la
Moda de Perú. Vi a prensa peruana y
extranjera anotando todo el tiempo, navegando, compartiendo atentos. Vi a representantes de Vogue, editores,
escritores, asistentes, productores, blogueras.
Todos felices y todos sintiéndose importantes.
Hay que estar felices de poder tener una
plataforma como el Lif Week que ahora tiene dos semanas clave al año y Perú
Moda, desde luego, que por ahora es anual.
Pero estar atentos y orgullosos de que gocemos de estas ventanas no
quiere decir confiarnos, olvidarnos de las bases de estas estructuras o hacer a
un lado lo más importante: innovación, respeto a nivel general y conocimiento
del mercado. Se trata de estar,
progresivamente, al nivel de las más grandes pasarelas extranjeras.
Pero para
eso empezar por casa es respetarla, también a
los integrantes de ese lugar y todo lo que eso representa. Porque si
únicamente se le va a poner alfombra a las visitas y cuando estas se vayan
llega papá pegalón y le pone clavos
al resto de la familia… O el mismo papá que cuando una de las hijas llega con
el novio que se parece a Ken le abre las puertas de su corazón y le da las
llaves de su casa con un WELCOME en gigantografía psicodélica. Pero cuando
llega la otra hija con el novio que es medio patito feo o no tiene las
proporciones “adecuadas” le dice NO. TÚ NO…Entonces ¿qué es esto????
Es una gran satisfacción ver que nuestro mercado
peruano crece con ferias como Perú Moda, que destacan nombre a nombre a cada
uno de los participantes y mantienen vivo el reconocimiento a todos los diseñadores
incluidos. Sería genial si todas las
vitrinas se esmeraran al mismo nivel en realzar el talento más que el nombre de
los auspiciadores. Si se esforzaran más
por seleccionar las marcas participantes y si fueran más rígidos en asegurarse
que la colección a presentarse no es un plagio.
Se trata de entrar en las grandes
ligas ¿Y entonces? Cuando alguien ve el
último desfile de Karl Lagerfeld ¿alguien se acuerdo del auspiciador de ese
momento en cualquier parte de París?
Creo que la mayoría sólo pensamos en la genialidad del top entre todos
los top. ¿Llegaremos algún día?
No hay comentarios:
Publicar un comentario