¡Bravo!!!
Cando llevas en el ADN el buen gusto y un radar
innato para rastrear tendencias y plasmarlas en una linda historia hecha pasarela
el resultado es genial. El desfile de “El
Clóset de mi Hermana” no sólo fue la revelación del Lif Week 13.14, sino uno de
los mejores desfiles…por encima, incluso, de varios diseñadores.
¡Bravo!
MI OUTFIT FAVORITO ♥ ♥ ♥ |
Hay diversos aspectos que necesariamente debe tener una colección para que se le considere buena. Entre ellos está la calidad y limpieza en el trabajo y estructuras. El despliegue de la imaginación del diseñador o diseñadores, jugar con diversos materiales, herramientas, colores o en sí, con todo aquello que su percepción le otorgue. Y tal vez, uno de los puntos más importantes sea el hecho de que el desfile tenga un hilo conductor, que se narre una HISTORIA en la pasarela, no que se muestren piezas, que por más lindas que sean, no parezcan pertenecer al mismo cuadro.
Sin dudas, este desfile nos narró una historia
linda para una mujer divertida, fresca, hermosa y muy femenina…Incluso en
pantalones…Incluso en una motocicleta…Incluso en casacas metálicas.
La narración de un día en la vida para lucir
espectacular, para hacer una y cien mil cosas porque somos mujeres y al andar
queremos mostrar seguridad pero también belleza, delicadeza y al mismo tiempo
sensualidad sin llegar a extremos. Todo
eso estaba recopilado en una historia que revelaba a la fémina guapa y dueña
del espacio, moderna, urbana, e incluso cosmopolita. Sentada veía a una mujer profesional andando
porque las faldas tubo eran belleza pura y las blusas de encaje o tejidas todas
lindas.
Así, entre gasas, gipiur, encaje, organza dril;
geometría, ribetes, tiempos y vuelos combinados con piezas boyfriend, un culotte
acá, otro bustier allá y mucho…mucho más, era imposible dejar de mirar y querer
más!
Creo que no escuchaba otra cosa más que “qué
lindo mira” “qué más viene mira la
modelo de allá”, “lo quiero todo”, “¡me encanta!!!” Y así, un sinnúmero de frases que sólo
reflejaban el encanto por lo que se veía.
Recuerdo que el año pasado en la edición de
primavera verano de nuestro querido Lif Week, me senté en el front row al lado
del director de una de las revistas más importantes en nuestro país, que
incluso auspicia esta Semana de la Moda y me comentó que no entendía por qué
tenían que mezclarse los desfiles de las marcas con los de diseñador, que no
tenía sentido porque eran cosas completamente distintas incluso en la calidad
de las costuras y más. Obviamente no le
parecía para nada la idea y entonces le di la razón, porque en ese momento,
mientras intercambiábamos opiniones, veíamos el desfile de la marca de una
tienda nuestra de retail que ok. ¡Vamos! que bueno que existe, pero no tenía nada que ver con lo que se
considera la finura y suntuosidad de una prenda de diseño.
Sin embargo, esta vez, desde mi punto de vista,
creo que las opiniones podrían ser completamente distintas, pues las hermanas Bertello tenían la dirección
clarísima de lo que iban a mostrar. Y
este desfile tenía todos los ingredientes para brindar un momento delicioso
para los sentidos: delicadeza, sofisticación, tendencia y al mismo tiempo
toques atemporales, funcionalidad y prendas reales.
Amé la onda vintage y algunos toques retro. Ya saben que lo vintage pertenece a todo lo
que va antes de la década del 50 y lo retro a las décadas de los 60, 70 y
también se podría incluir los 80s.
El styling bello, de los pies a la cabeza.
¿Hay algo que me hubiera gustado un poco más? El uso del color.
¿Molesta en extremo? ABSOLUTAMENTE NO, porque
ella escogieron tonos neutros y la historia resulto un éxito. La elección de los materiales, la mezcla
constante de texturas, los cortes tan favorecedores.
Sólo cuando una colección es muy buena escuchas,
más de una vez, “¡Lo quiero todo!!!” Y
esa frase se convirtió en un eco esa noche y estoy segura que aún continúa.
Considero que en medio de un despliegue inmenso
de la moda en nuestro país, espacio en el que aún somos seguidores y no dictadores
de tendencia, en donde todavía nos falta mucho por recorrer y aprender y en
donde todavía tenemos desfiles en que varios de los diseñadores se “inspiran” en diseñadores extranjeros y nos muestran refritos de dichas
creaciones…Que una marca nos entregue un trabajo como éste es, más que un respiro, orgullo puro con sonido a “HECHO
EN PERÚ-MADE IN PERU”.
Por diseñadores como estos es que la esencia de
la moda peruana tiene para mucho…muchísimo más.
Lucy.
Lucy, Te doy toda la razón en lo que dices. Qué bueno leer a alguien que diga las cosas como son. Estuve en el Lifweek y esta vez no me sorprendí, varias de las colecciones me decepcionaron. Esta sin embargo, como bien dices, ha sido un respiro, son súper jóvenes estas hermanas pero saben lo que hacen, me gusta como ninnovan. Muy buen post.
ResponderEliminarAna Lucía Maldonado S.
Ana Lucía hola!
EliminarEs genial saber que tenemos potencial en diversos lados. Ya Jessica Butrich lo había demostrado y esta vez esta marca nos deja deseando mucho más por ver y tener. Qué bueno que te haya gustado!
Besos,