Por Lucy
Quintanilla
Se
abre la puerta y dos palmas abiertas nos reciben. Son el preámbulo de un par de manos
fuertes, oferentes y recíprocas a la
vez, dadivosas y agradecidas, marcadas
por el paso del tiempo, del frío, del sol intenso, de las espinas y la maleza,
de la lluvia y acaso la caricia eventual del viento.
Anónimas, ampolladas y trazadas por rasgos lineales muy marcados, reflejo de la vida al otro lado de
la ladera, esa frontera que pocas
veces cruzamos, conocemos o siquiera imaginamos y en donde la existencia abunda
a la luz de misticismo y la libertad impasible de sentir, aunque nadie se
percate.
Es la única imagen de color en la sala,
expectante y anfitriona de la noche. El
recorrido ha comenzado.
Esto es PIRUW...
MATE
inauguró la primera puesta, y no alcancé a verla ahí. El recorrido fotográfico se mudó al Centro
Cultural Inca Garcilaso donde permanecerá hasta la próxima
semana. Es simplemente IMPERDIBLE. Hace mucho tiempo no sentía “electricidad”
pura ante una muestra. Tal vez a ustedes
también les ocurra lo mismo, o más, mucho más.
Perú
más vivo que nunca, sus secretos a
voces, su interior palpitante, la existencia
hecha sentido y, por momentos, sin sentido también. La contradicción de las
interpretaciones, totalmente permitida. El punto de vista basado únicamente en
lo sensorial, en lo intuitivo, en el
imaginario que descubre y retoma.
Un conjuro fotográfico para la imagen perfecta ante un lente íntimo que nos cuenta lo que ha capturado en milésimas de segundos, tal vez tras una búsqueda ardua, dura y compleja. Quizás por casualidad. Quién sabe y fue por la invitación propia del instinto en busca de respuestas.
Un conjuro fotográfico para la imagen perfecta ante un lente íntimo que nos cuenta lo que ha capturado en milésimas de segundos, tal vez tras una búsqueda ardua, dura y compleja. Quizás por casualidad. Quién sabe y fue por la invitación propia del instinto en busca de respuestas.
Un
ensayo que descubre la voz de los autores sumergidos en el ahora, en la humedad
del contexto, en el disfrute del otro, en la mirada penetrante y los poros
abiertos, en el lago que habla mientras el sol lo despierta, en el contacto hondo
con el agua y el placer mutuo de los recursos existentes. Ese es el color para esta muestra,
palpitante, expresado a través de la piel retratada en cada cuadro,
comunicándose uno con otro, estableciendo así la continuidad acaso casual y
perfectamente planificada al final.
La
humedad de las gotas se filtra por las lunas que recubren y protegen las
fotografías. Por momentos parecen fluir y arrojarse fuera del lugar permitido
para ellas. Atraviesan la sala y todo es
absolutamente real. Esta es la
importancia de la naturaleza y el respeto de aquellos por todo lo que los rodea
y a lo que, en simultáneo, se enfrentan para sobrevivir.
Las vidas humana, animal y vegetal confluyen y alcanzan el mismo nivel de importancia para
todos, siendo ubicadas en un lugar privilegiado y propio. La claridad obtenida y definida gracias a una
técnica impecable y a los recursos estéticos de Searles y Musuk, nos entrega un
proceso en constante cambio. Es la ley de la vida.
El
viaje para ellos comenzó ya hace varios años, un recorrido por nuestra Sierra y
Selva en el que partirían con la luz y retornarían entre sombras encendidas y
jamás nulas. Todo lo contrario. Esta
vez, su definición de la vida a través de los sentidos nos expone a un universo
con carácter entrañable.
Rituales,
costumbres, miradas, comienzos. Tácticas de guerra y también de paz. La belleza intrínseca de los seres vivos. La
diversidad de lo hermoso y el andar. Los detalles extremos que no necesitan
colorearse más allá que del blanco y el negro, un límite necesario para entender
las nervaduras de las hojas vivas y expuestas al consumo de aquellos que, por
un momento, se depositan sobre ellas.
Esta
es la expresión ante la magia de las tradiciones y los ritos. Es descubrir juntos lo que otros enarbolan
hasta el éxtasis, la importancia de entender y observar, de abrir nuestra
mirada junto con la historia descifrada a través de las sombras, esas que a la
luz del contexto establecen un punto de partida y, por qué no, otro de llegada.
Esa
oscuridad totalmente inteligible que los creadores han enmarcado es el centro
de una exposición que no duda en abrir las páginas de un libro misterioso y
auténtico. La simpleza de la vida a través de la complejidad de la misma. Un
lugar donde lo inesperado convive con el deber intuitivo y la revelación de la
naturaleza.
Una
mirada tan perturbadora como placentera de un espacio vital en este punto del
globo llamado Perú.
La exposición
estará abierta hasta el 30 de junio en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de martes a viernes de 10 am a 8 pm; y
sábados, domingos y feriados, de 10 am a 6 pm. El ingreso es libre.
Jr.
Ucayali 391 - Lima 1. Teléfono (511) 204 2658
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